Tras los nervios iniciales, arranqué mi exposición. Empecé titubeante, observando como toda aquella gente estaba pendiente de mi, mirando con seriedad.
Traté de no prestar atención a mis señales físicas de nerviosismo: boca pastosa, cierto temblor de piernas, aceleramiento cardiaco, sudoración. Unos minutos más tarde ya estaba tranquilo.
Todo parecía ir bien cuando, de pronto, una enorme nube inundaba mi mente, impidiéndome continuar con mi exposición: ME HABÍA QUEDADO EN BLANCO.
Es posible que te hayas identificado con esta breve historia, que sirve a modo de ejemplo para introducir este recurrente miedo a hablar en público.
¿Qué hay detrás de quedarte en blanco en tu presentación?
"Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender" Marie Curie.
Analicemos algunas de las causas más frecuentes para quedarse en blanco en una presentación:
- En algunos casos el problema de quedarte en blanco al hablar en público es fruto de la timidez y la inseguridad. Por tanto, tendrás que trabajar a fondo tus habilidades sociales y tomar iniciativas para hablar en cualquier situación pública.
- Puede deberse también a una falta de preparación. Llevas tu presentación cogida con pinzas, y a la mínima se te olvida una parte. Para eso, hay 3 estrategias infalibles: practicar, practicar y practicar.
- El miedo al ridículo, a quedar mal, también nos puede atenazar. Para afrontarlo, te recomiendo que te permitas algunos fallos. Ya que el problema no es fallar sino no ser capaz de aprender y mejorar.
- En ocasiones el fallo está en un abuso de memorización. Es evidente que debes tener claro antes de tu exposición lo que vas a decir y cómo hacerlo, las ideas esenciales, los detalles, las anécdotas, las historias personales; pero también es esencial que parezca natural, y no que te comportes como un robot que está recitando un texto memorizado o leyendo una diapositiva.
Los mapas conceptuales pueden servirnos para organizar nuestras ideas.
Gonzalo Álvarez en su blog El arte de presentar, nos propone como guía para leer su libro El arte de presentar, un estupendo mapa visual. Podemos diseñar nuestro propio mapa en papel para elaborar y recordar más facilmente nuestra exposición.
¿Qué hacer si te quedas en blanco en tu exposición?
1. Para 7 segundos.
Puedes aprovechar ese tiempo para beber agua. Una buena hidratación es imprescindible para cualquier persona que hable en público, además te permitirá pensar.
2. Revisa tu guión.
Personalmente siempre llevo un guión con las ideas esenciales, algunos datos, dinámicas que realizaré (en caso de que sea un curso) o algunas preguntas para generar debate.
3. Continúa con la siguiente idea.
Si vas a hablar de 5 temas y te olvidas del 3º, pasa al 4º y posteriormente, cuando lo recuerdes, podrás volver al tercer punto.
4. Haz un resumen del último tema que has expuesto.
Un recordatorio de lo que has tratado hasta el momento sirve para que tu audiencia descanse de tanta información nueva y pueda refrescar los principales argumentos expuestos hasta el momento.
5. Repite tu último comentario con otras palabras o pon ejemplos.
Puedes hacerlo con la última idea que hayas trasmitido antes de quedarte en blanco.
6. Haz alguna pregunta a tu audiencia.
Haz una pregunta sobre las últimas ideas formuladas o puedes abrir un turno de preguntas.
7. Reanuda tu exposición sin pedir disculpas.
"Siempre se ha de conservar el temor, más nunca se debe mostrar" Francisco de Quevedo.
No des pistas a tu audiencia con frases del tipo: ¡Me he quedado en blanco! ¡No sé cómo seguir! ¡Perdón, es que estoy con muchos nervios!
La gente no está en tu cabeza, no sabe que estás pensando; tampoco está en tu cuerpo, y no sabe que sensaciones físicas tienes. Y si nota tu nerviosismo no lo siente igual que tú.
8. Y nunca te olvides de respirar.
Roger Prat, en su blog Presentable, nos da 10 ideas para reducir los nervios respirando en nuestras presentaciones.
Es normal que tengamos nuestros miedos a hablar en público, pero la única manera de superarlos es enfrentándonos a ellos con conocimiento.